Desde hace unos años, ha surgido una corriente nostálgica de una forma de entender la vida más autosuficiente, natural y ancestral. Son muchos los que han decidido tener un huerto en casa, aunque sea en el balcón.
En esta misma línea, hay quien se anima a cuidar de una gallina ponedora, en casa, para tener cada día huevos frescos y naturales. Hay gallineros de madera hermosos y cómodos que hacen que estén en buenas condiciones y cómodas.
Cuidar una gallina comporta seguir unos requisitos:
• Para que la gallina no deje de poner huevos, siempre debe tener agua limpia y comida en el comedero (colocar el comedero siempre elevado, a unos 20 cm del suelo porque así no desperdiciará la comida). El pienso puede ser de ponedoras convencional o ecológico certificado.
• Que la gallina tenga una buena cantidad de horas de luz. Si no tienen las horas de luz suficientes, el cuerpo se ralentiza, duerme más horas y, por tanto, el organismo trabaja menos y no pondrá huevos.
• Que tengan una temperatura adecuada siempre. La gallina debe estar a unos 15 grados de temperatura mínima. Si no están en este ambiente, provocará que tengan que gastar más energía para conseguir la temperatura, por tanto, repercutirá en la puesta regular de los huevos.
• Si la gallina sufre mucho estrés, por ruido, por estar demasiado encima, etc, también puede afectar a la puesta de huevos.
Si vemos que las gallinas ponen unos huevos blandos, podemos solucionarlo añadiendo al pienso del comedero, un aporte de calcio y otros minerales con la Conchilla de Ostra, un producto a base de conchas trituradas. De esta forma el caparazón del huevo saldrá más fuerte.
Si Tenemos en cuenta todos estos aspectos tendremos unas gallinas, fuertes y felices que pondrán huevos a diario.
